Hola, Alejandra,
Me ha encantado tu reflexión. Es muy valioso que, además de explorar los avances técnicos del machine learning en medicina, pongas el foco también en la dimensión ética, que a menudo queda relegada a un segundo plano. Porque sí, es cierto que el ML está abriendo posibilidades increíbles, desde diagnósticos más precisos hasta tratamientos personalizados, pero también plantea preguntas profundas sobre los límites, la responsabilidad y la naturaleza misma del acto médico.
Cuando la decisión ya no la toma solo un ser humano, sino un algoritmo, ¿quién responde si algo falla? ¿Podemos aceptar un diagnóstico automático sin una revisión humana? ¿Puede una inteligencia artificial entender el sufrimiento o la historia de vida detrás de un síntoma?
Los artículos que compartes son muy pertinentes. Me quedo especialmente con la idea de que no basta con crear sistemas eficaces, ya que necesitamos también una ética que esté a la altura del poder que estamos generando. No es solo una cuestión de regular o controlar, sino de preguntarnos, con honestidad, qué tipo de medicina queremos construir. Porque la tecnología, por sí sola, no garantiza el bien. Somos nosotros los que le damos dirección.
Por eso me parece imprescindible que este debate forme parte de la conversación desde el principio. No como algo accesorio, sino como una base. Porque en el fondo, estamos hablando de vidas, de decisiones que afectan a personas reales. Y ahí es donde la ética deja de ser teoría y se vuelve urgente.
Gracias por traer este tema con tanta claridad y sensibilidad.
Nadia