La IA, aunque consume una gran cantidad de energía y genera residuos electrónicos, también tiene un gran potencial para ayudar al medio ambiente. Puede optimizar la gestión de recursos naturales, como el agua y la energía, y mejorar la eficiencia de las energías renovables, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, en la agricultura, promueve prácticas sostenibles al ayudar en la toma de decisiones informadas. En general, la IA puede ser una herramienta clave en la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad.